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Propósito

Les personas que formamos la Iglesia Betel

 

Somos un grupo muy variado a quienes Dios ha cambiado la vida. Hemos sido liberados de tristezas, resentimientos, complejos de todo tipo… y, en definitiva, de vivir sin esperanza
centrados en nosotros mismos, haciendo daño a los demás e incapaces de cambiar nosotros solos.

 

Y lo más importante: hemos sido librados de toda una eternidad lejos de Dios, de recibir sobre nosotros su justa ira por nuestros pecados. Dios tuvo misericordia de nosotros, se acercó, nos amó y nos ha dado una vida nueva. Ahora podemos vivir con gozo y tenemos una esperanza cierta. Por esto nuestro principal propósito es vivir para agradar a Dios, amarlo con todo lo que somos y entregar nuestras vidas en ADORACIÓN.

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No queremos una religión

 

Queremos una verdadera relación con Dios; anhelamos que Él pueda vivir en nosotros y hacer lo que quiera con nuestras vidas. Estamos muy agradecidos por todo lo que Dios nos regala pero, por encima de todo, queremos Su Presencia.
Por amor a Jesús y porque Él ha llenado nuestros corazones de Su Amor queremos amar y
SERVIR a todos, sin que importe la religión, la condición social, la procedencia… Queremos amar como hemos sido amados imitando a Jesús y recordando que nuestro propósito en la tierra no es ser servidos sino servir entregando nuestra vida por el bien de los demás.

Y nuestro servicio más importante es EVANGELIZAR, compartir las Buenas Nuevas de la salvación que Jesucristo ofrece a todos. No queremos suplir solamente las necesidades físicas de las personas que nos rodean; necesitamos compartir con todos que el ser humano vive eternamente, que hay cielo e infierno y que es en el tiempo en el que vivimos en la tierra donde se decide nuestro destino eterno. Por eso, de todas las maneras posibles, suplicamos a todos que se reconcilien con Dios.

Dios nos ha hecho familia. Dios, no solamente nos ha salvado, también nos ha adoptado como a hijos y nos hace habitar en familia en la iglesia. La COMUNIÓN, poder ser ayuda los unos para los otros, es parte de nuestro propósito. La iglesia ofrece la cobertura necesaria a todo aquél que quiere crecer en su fe y en su relación con Dios.

Y, como toda familia, la iglesia es también la idea de Dios para recibir un verdadero DISCIPULADO, el lugar donde podemos ser enseñados y enseñar a otros, donde vivimos imitando a Jesús e imitándonos unos a los otros, donde podemos aprender a obedecer y a humillarnos, donde somos transformados.
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Per eso podemos resumir nuestro propósito en cinco palabras:

 

ADORACIÓN, SERVICIO, EVANGELISMO,

 

COMUNIÓN Y DISCIPULADO.

Jesús le dijo:  Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
                                                                                  Mateo 22:37-40


Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
                                                                                  Mateo 28:18-20

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